Es evidente la relación entre la energía y el cambio climático, lo que representa un riesgo para el medio ambiente, la salud y la economía. Desde la Revolución Industrial, la producción de electricidad mediante la quema de combustibles fósiles ha emitido una gran cantidad de gases contaminantes a la atmósfera que causan el efecto invernadero, lo que se manifiesta en el aumento del nivel del mar, fenómenos meteorológicos extremos, migración y extinción de diferentes especies animales, agotamiento de recursos naturales, etc.

Además, los acontecimientos mundiales, como la guerra ruso-ucraniana y el aumento del consumo tras la pandemia, han transformado la perspectiva energética. La invasión rusa de Ucrania provocó una subida del precio de la luz y gas que aún se siente hoy en día.

¿Están las comercializadoras de luz potenciando las energías renovables?
¿Qué tendencias energéticas nos esperan en 2023?

Precio de la luz

Los expertos están en una encrucijada sobre cómo evolucionará el precio de la electricidad en 2023. Según la AIE, la previsión de los precios no es buena y seguirá subiendo debido al aumento del coste de materias primas, la demanda, las emisiones de CO2 y la prolongación de la guerra.

La reforma del sistema utilizado para calcular la tarifa regulada de la luz busca la estabilidad de los precios. Las energías renovables pueden abaratar los precios cuando hay mucha producción de energía eólica o en días soleados, lo que es una tendencia energética relevante para un planeta más sostenible, saludable y económico.

Energías renovables

Se espera que para este año el autoconsumo siga creciendo y que las energías renovables sean protagonistas a nivel mundial, superando al carbón como fuente de generación de electricidad para 2025.

Según el último informe de IEA, la generación eléctrica proveniente de fuentes renovables está aumentando de forma exponencial. Se prevé que en los próximos 5 años se producirá tanta energía renovable como la se ha generado en los 20 anteriores. La inversión en sistemas de generación basados en las renovables, especialmente la fotovoltaica, es una estrategia importante para el futuro energético. La eólica y la geotérmica también han ganado terreno como generadoras de energía sostenible. La incorporación de estas energías es una medida eficaz y óptima para frenar el cambio climático, la subida de precios de luz y gas, y para mejorar la eficiencia energética.

Eficiencia energética

La eficiencia energética es clave en el plan de transición energética para promover el uso de energías renovables y reducir la de los combustibles fósiles. Algunas tendencias para la eficiencia energética incluyen el cambio a vehículos eléctricos, el mejor aislamiento y perfeccionamiento de la calefacción en los hogares, la optimización del uso de energía en la fabricación y los cambios en la infraestructura del transporte público para reducir la congestión.

Los biocombustibles, que provienen de materiales orgánicos, son una alternativa eficiente al uso del petróleo. Pueden crearse a partir de diferentes materias primas, como el aceite de palma, las algas, el grano o los residuos agrícolas. Esta fuente de energía puede ser una manera eficiente de usar la energía solar o también de obtener mayor cantidad que los combustibles fósiles.

Captura, uso y almacenamiento de carbono

La captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS) es una tecnología que persigue reducir el CO2 de la atmósfera, recogerlo y utilizarlo como materia prima para la generación de nuevos productos o almacenarlo de forma segura en el subsuelo. Según Wood Mackenzie, la cartera de proyectos de CCUS está aumentando rápidamente. Se espera que 166 millones de toneladas por año de CO2 entren en crecimiento durante 2023. La I+D de tecnologías innovadoras puede acelerar estos procedimientos y conseguir un futuro más verde.

En conclusión, el sector energético se enfrenta desafíos importantes en el camino hacia la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático. Las tendencias energéticas para 2023 incluyen un aumento en el uso de energías renovables, la eficiencia energética y la captura, uso y almacenamiento de carbono. La inversión en tecnologías innovadoras es clave para alcanzar un futuro más verde.